porque ya no vale nada.
No cierro ya las persianas por las noches
porque la luz no me molesta, me da alas.
No entiendo el calor de los abrazos
que voy robando a los desconocidos.
No veo caras en su rostros
tan sólo la salida para mis miedos escondidos.
No sé escribir palabras coherentes
en grandes espacios en blanco que me atrapan.
No juego ya a cogerte de las manos
porque ni siquiera consigo retener tus dedos que se escapan.
No busco otros infinitos
porque mi horizonte se estrecha sin tu sombra.
No rescato ahora las estrellas
aunque se caigan y me guíen en forma de alfombra.
No escombro mi alma ni un día más
porque espero ya a Caronte con su barca.
No quiero más intentos frustrados
sólo quiero dejar de ahogarme en esta charca.
No daría un duro por mi vida
porque ahora que te has ido no vale nada.
Las tardes de lluvia me recuerdan a ti
porque aunque haga varios años que ya no vuelves
sé que sigues estando muy cerca
y de algún modo, cuidándome.