Tras atravesar en larga travesía
las sinuosas corrientes
del cristalino río Leteo
la memoria de las palabras y los olores
se ha borrado para siempre
de mi dolorosa cabeza.
El recuerdo se olvida en estas aguas
y desaparece para siempre
del mundo que conocemos
para adentrarse en las terribles sombras
de lo que gusto de llamar
"Nada".
Todo ha desaparecido,
sin vuelta atrás,
excepto una sola imagen:
"Es tu rostro el que me acompaña
en este pesado camino
que comienza olvidando
y terminará al otro lado
de la deletérea laguna Estigia.
No hay manera de detener este destino.
Cuando mi respiración cese,
vestida de blanco,
serán irrelevantes las aguas que haya cruzado
y los países cubiertos de bruma
que hayan recorrido mis pies
pues es imposible borrar tu huella
de lo más profundo
de este mortífero pecho."
Volveremos al hogar
entre las corrientes del final de la Tierra
abrazando las últimas gotas de oxígeno
que nos conducen
hacia la oscura eternidad
a la cual hemos pertenecido
desde el más primero de los principios.