23 de enero de 2009

Desde el Infierno.

Ella sabía lo que era la gloria. Ella sabía lo que era el éxito. Ella sabía lo que era ser amada.
Si, sabía.
En pasado.
Ahora sencillamente se sentaba allí.
Y veía la vida pasar.
A veces, en vez de observar a los transeúntes, prefería observar sus manos: sus envejecidas y arrugadas manos. Cuándo las observaba, recordaba vagamente aquel sentimiento que la llenaba cuando cogía un micrófono y cantaba delante de una multitud de caballeros, que la observaban vestida de raso, cantando acompañada de un piano negro de cola. Pero se había acabado hacía mucho tiempo, y el rostro emocionado de su público se volvía un borrón, cada vez menos claro, cada vez mas confuso.
El amargo sabor de la pérdida de la fama era el único recuerdo que podía sentir con fuerza, y quizá por ello sencillamente decidió consumirse en su propio infierno.
Cuando ella había sido algo se aferró al carpe diem, y acostumbrada a aquella droga, su penitencia parecía interminable, pero ella sabía, en algún lugar bloqueado de su mente , mejor que nadie, que aquello no era más de lo que en realidad merecía.




"Knock, knock, knocking on Heaven's door"
[..]

16 de enero de 2009

Deutschunterricht.

"Lehrerin: Ach so, was für eine Krankheit hast du?
Ich: Mein Hals tut weh, und ich habe Kopfschmerz.
Lehrerin: Ahh! Es ist gut!
Ich: Nein! Es ist nicht gut!"

Meine neue Lehrerin gefällt mir nicht ¬¬

Desde el espacio.

No oía nada. Quizá tampoco sentía nada.
Veía toda aquella masa oscura extenderse alrededor de su nave, todos aquellos puntos de luz, y los minúsculos trozos de materia que volaban sin ningún tipo de cuidado por cualquier lugar.
Se preguntaba todos los días si se estaba volviendo loco.
Lo malo, es que ya no diferenciaba los días. Ni las horas. Ni los segundos.
En el espacio exterior, realmente no importa demasiado el tiempo.
El tiempo es algo completamente humano. Y él ya no era humano. Bueno, quizás si, pero estaba completamente separado de la humanidad. Así que no era humano.
[..]
La oscuridad empezaba a no resultar extraña. Entre sombras se acostumbró a vivir, a flotar, a no pensar en la realidad que había dejado atrás.
Ahora, el antiguo "él" estaba muerto. Había fallecido durante el despegue de la nave. Ahora su "yo" era lo que contaba, y su "yo" no tenía nada en lo que contar.
Eso sí, tampoco tenía nada que perder.

7 de enero de 2009

Desde Ground Control.

Tenía la ventana cerrada y desnuda delante de mi, podía ver perfectamente las gotas de lluvia que caían lentamente sobre el cristal, trazando su camino suavemente, cómo lágrimas en un rostro cualquiera, pero más frías.
A pesar de que estuviese justo delante de mí, tenía la mirada perdida en algún lugar que aún ahora no distingo. Aún ahora no sé qué pasaba por mi mente.
[..]
Llevaba horas parada, sentada en la cama observando el tiempo cambiante, el exterior, la realidad, tan sólo me volví para tirar de una manta hasta colocarmela sobre los hombros.
Hace frío.
Y sigo sin poder dormir.

No es un buen comienzo.

Este no es un buen comienzo. Nunca hay buenos comienzos a las dos de la mañana, pero este es especialmente malo. Intentaba crear algo que fuese lo suficiente bueno cómo para tener razones decentes para continuarlo, pero seré sincera: Nunca se me ha dado bien el papel de Dios.