A veces pienso sobre ello, y creo que hay palabras que no existen.
Es decir, todas y cada una de las palabras posibles existen, obviamente. Las que piensas, las que piensan los demás, las que están escritas, las que son pronunciadas y se las lleva el viento, las que están grabadas en archivos de audio, y una infinidad más de maneras y ámbitos en los que una (o bueno, probablemente, más de una) palabra puede existir.
Sin embargo, considero que muchas de esas palabras no tienen validez real, y por tanto, aunque existen, mejor sería que no lo hiciesen. Quiero decir, cuando algo existe y no sirve para nada, no cambia nada, está obsoleto, o le resulta indiferente al resto de cosas existentes, entonces, su propia existencia (valga la redundancia) no tiene un sentido real, una finalidad, incluso es casi como una existencia vergonzosa. Y eso que yo tampoco creo demasiado en la concepción teleológica de las cosas.
Pero en fin, ¿cuándo considero yo que una palabra existe?
La palabra sirve, fundamentalmente, para comunicarnos. De este modo, las palabras que yo pienso, pero no son comunicadas a nada ni a nadie, ¿existen?
Bien, pues, después de pensar sobre ello, creo que no.
Es decir, cuando yo tengo una palabra, un concepto, un "algo que decir", pero solo está dentro de mi, nadie más va a saber que existe. Obviamente, en cuanto solo una persona más lo sepa, la existencia de ello va a ser evidente. ¿Cómo puedo saber que al intentar transmitir lo que pienso, las palabras no van a modificar su significado, aunque tan solo sea ligeramente? Cuando se comunica algo a otra persona, se pierde el concepto puro. En la comunicación, no solo influyen tus palabras, sino el contexto, la interpretación de las mismas por tu interlocutor.. en fin, no es lo mismo. Y aquí me encuentro con otro problema. Entonces, lo que existe no es lo mismo que lo que pienso. Porque en cuanto dejo que exista, el concepto cambia. Aunque sea de manera imperceptible.
Y esto, a su vez, me lleva a pensar, entonces, ¿todas las palabras que yo considero que existen, existen realmente?
Bueno, si lo vemos desde cierto punto de vista, no, no existe ninguna de ellas.
¿Por qué? Pues porque lo que existe ya no es lo que queremos comunicar. Puede que sea muy parecido, que en ocasiones sea idéntico, pero la diferencia entre la existencia y la no-existencia es tan abismal, que todas las palabras que existen nos son ajenas, y por tanto, aunque sí existen como tales, no es lo que queríamos expresar. El objetivo por el cual las hemos pronunciado (o comunicado de cualquier manera posible) no ha sido conseguido.
Para mi, esto explica porqué es tan difícil escribir, o explicar oralmente aquello que sientes o piensas. No es cuestión de que los conceptos o ideas que tu sientes dentro no puedan ser expresados con palabras. Es el hecho de que cuando salen de ti, dejan de ser el concepto puro, y deja de ser lo que piensas para ser una mutación de lo que quieres comunicar.
4 comentarios:
Bueno, ¿imaginas poseer empatía absoluta, de manera que aquello que expreses vaya a ser interpretado exactamente como tú lo piensas o sientes por tu interlocutor?
De ese modo no habría posibilidad de engañar a nadie pero desde el momento en que desaparece la capacidad de mentir desaparece la ficción. Una novela no transmitiría nada y un poema no tendría interpretación posible más que aquella que le da el autor.
Imagina que la realidad fuese completamente diferente para ti y para mi, que lo que yo veo rojo tu lo vieses azul, que donde tu ves brazos yo viese tentáculos. ¿Qué sentido tendría que pudieses transmitirme conceptos puros? Yo jamás entendería un ápice de lo que me estás diciendo. Y ahora extrapola esto al campo de los sentimientos humanos: Tú me dices, siento pena y tu empatía me hace sentir algo que yo no identifico como pena si no como alegría...
Son ejemplos un poco extremos pero creo que me explico.
Quizás esa deformación de la comunicación es más una ventaja que un inconveniente. Al fin y al cabo, ¿que utilidad tiene un concepto absoluto en una realidad completamente relativa? Creo que es precisamente esa "mutación" lo que nos permite comunicarnos.
Primero, muchas gracias por el comentario, ha sido muy interesante.
Por una parte, creo que o no has entendido lo que he querido decir o no entiendo yo a lo que te refieres. Es decir, claro que podríamos mentir. Yo hablo de la exactitud a la hora de transmitir lo que quiero transmitir, por supuesto, puedo mentir, puedo crear, o incluso puedo ser ambigua. Yo misma, dentro de mi, soy ambigua e invento cosas, y puedo, sencillamente, querer comunicar eso.
Ahora bien, en el resto te doy la razón. No termino de posicionarme en cuanto a si es bueno o malo ser incapaz de expresar conceptos puros. Es cierto que, como tú dices, en una realidad relativa, un concepto puro está fuera de lugar, y aunque fuese comunicable, sería, efectivamente, incomprensible en muchos casos. Por otra parte, está esa incesante búsqueda de la transmisión completa de sensaciones y sentimientos, de conseguir la mayor intimidad y compresión entre emisor y receptor, imposible de esta manera. Aunque, eso nos da la posibilidad de trabajar sobre ello para conseguirlo algún día, a pesar de saber desde el principio que es inalcanzable.
''Entonces, lo que existe no es lo mismo que lo que pienso. Porque en cuanto dejo que exista, el concepto cambia.''
Es sólo un cambio de soporte, con el que tú no estás satisfecha, es una cuestión de perspectiva.
Las palabras 'recitadas' en tu cabeza, se desintegran en sentidos relacionados como ramas de árboles. Esas palabras, no son juzgadas como cuando ellas están plasmadas en el espacio, en una hoja, una pantalla. Intentar plasmar lo que significa algo en tu mente encima de una hoja es dificil, porque te delimita, te reduce, pone límites a tu mente, que es infinita. Sí que es infinita, de muchas formas. Tu perspectiva de ellas y la que crees que pueden tener los demás cambia. Es muy lógico, y probablemente muy exasperante para una persona como tú, que pretende plasmarlo todo, y además de una forma precisa.
Me alegro de entenderte.
Muchas gracias por el interesante aporte.
Y, por más "anónimo" que seas, espero verte a menudo por aquí, siempre son bienvenidos más puntos de vista.
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