la piel que yo adoro es una tierra virgen
un terreno húmedo sin trabajo
de piedra y matojo fácil
tierra revuelta
de terruños carbonáceos
la piel que yo adoro tiene el calor de la pasión coronaria
del latido profundo y contundente de los truenos y tambores durante la batalla
de telúrico poder incansable
la piel que yo adoro tiene el sabor amargo de la hierba
el regusto extraño del otoño desflorado
es la senda pedregosa en la ladera despeñada
tras la que se oculta el sol
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