tengo miedo de tener miedo
de las uñas que me arrancan los ojos
cuando duermo
¿y si no duermo es, entonces,
porque me quedan vacías las cuencas?
y acaso qué puede soñar mi cadáver
si ni ojos tiene
-no se sueña sin ojos,
ni aquí ni en el infierno-
tengo agujeros en las manos
por eso se escurren las arenas del tiempo,
por eso el agua no se queda para limpiarme,
por eso nada permanece
-en eterna huida entre mis agujeros-
es mi corazón otro hueco oscuro entre los pliegues
la luz que se consume desiste
y al final se extingue
-quizás ya no nos queda nada-
si me clavo un puñal en donde duele
brotarán flores azules
y me convertiré en la hiedra que se sube a las paredes
que trepa a las fortalezas que se yerguen
sobre los lagos salados de mis sueños
quizás si me salen alas
consiga escapar lejos de los cristales que se ciernen
sobre el cielo
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